martes, 12 de abril de 2011

OCASOS INALCANZABLES



OCASOS INALCANZABLES
Presiento como liviano y suave
me llega el rugir del viento
que se rompe en las montañas
como música de arpa a modo
de diapasón divino.

Percibo y aprecio henchido
mi corazón colmado, como arcoiris
en esa inmensa lejanía.
Crepúsculos eternos, rayos dorados
que dejan plasmados y fotografiados
en el más allá del laberinto de mi alma.

Brisa de aire frío que hiela
anestesia y rompe mi rostro.
Lágrimas que afloran y distorsionan
los rayos emitidos por ese sol cansado
y mústio y que pronto morirá por poniente.

Porque intuyo que más allá estas tú.
Junto a ese haz de rayos
que se acercan al infinito.
Siento el aletear del alma
y escucho tu lejana mirada
que traspasa ese horizonte
y esas altitudes montañosas

¡Ay, Río Colorado fiel testigo
de tanta sangre indígena.
Siento tu lejana mirada
caer en el abismo vertiginoso,
en ese ocaso divisionado
que marca la linea tangencial
del amor y desamor

Azules diversos, confundidos
y a la vez unificados
pero que con tu alegría innata
roban a ese cielo tanto azul
Flor roja, otras veces fucsia
y para las inmensidades
bien amarilla.

Aquella mirada pensativa
que nadie y tan solo tu
podrá saber y descifrar
Pero que sí hace intuir
que sin esperanza y fe
ya no existe nada.

Jose I Roca H
VED-110427
(Derechos R)



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